Elevados de la arena del desierto y ocultados por las paredes del cañón del
Monumento Nacional de los Cañones de los Antiguos en el suroeste de Colorado, se encuentran los restos del pueblo anasazi: viviendas ancestrales en los acantilados, pueblos, grandes kivas, santuarios, petroglifos y otros artefactos antiguos. Con más de 6,000 sitios arqueológicos documentados, y en algunos lugares con hasta 100 sitios por milla cuadrada, el Monumento Nacional de los Cañones de los Antiguos es una de las áreas arqueológicas más densas de los Estados Unidos.
Expandiendo el monumento
Desde que el Monumento Nacional de los Cañones de los Antiguos fue establecido en el 2000, The Conservation Fund ha estado en la vanguardia de los esfuerzos para conservar el terreno que contiene los sitios arqueológicos únicos del monumento. A través de los años, hemos ayudado al monumento a proteger más de 8,000 acres dentro de sus límites, incluyendo las tierras saneadas privadas dentro del área del monumento más grandes y más críticas; Jackson’s Castle (fotografiado por primera vez en 1874 por William Henry Jackson) y el Skywatcher Site, un marcador del solsticio milenario de los anasazi. Más recientemente en el 2014, The Conservation Fund ayudó a añadir 1,560 acres al monumento, cuyo terreno contiene 4.5 millas del Yellow Jacket Creek, una corriente perenne poco común.
La importancia de este proyecto
El Monumento Nacional de los Cañones de los Antiguos ofrece oportunidades incomparables para observar, preservar, estudiar e interpretar culturas del Suroeste de Estados Unidos que abarcan miles de años. El monumento es importante para las culturas de los anasazi y de otros nativos americanos, quienes mantienen vínculos estrechos con los sitios que ocuparon sus antepasados. Las tierras áridas de montaña y las áreas ribereñas del monumento también proveen un hábitat para la variedad de especies de fauna silvestre, incluyendo el mosquero saucero del suroeste, el serpiente de la noche de Mesa Verde, el lagarto leopardo, el lagarto espinoso manchado, el puma, el halcón peregrino, el águila real y el colín de Gambel.
“Las compras de estos terrenos son una inversión importante y de absoluta necesidad. Las propiedades que se están convirtiendo en propiedad pública son notables por su valor extraordinario natural, escénico, recreacional, cultural e histórico. Su adquisición beneficiará al pueblo norteamericano hoy y en el futuro.”
—ExSecretario del Interior de los Estados Unidos Ken Salazar
Aprende más